La opción de viajar en avión de forma barata es una realidad en muchas partes del mundo y es así como conocí muchos países en Europa. La facilidad de conseguir billetes tan baratos hacen que el próximo destino esté al alcance de cualquiera.
Las aerolíneas low cost son una maravilla para aquellos a los que no les interesa mucho el confort a la hora de subirse a un avión, y es que cumplen con lo más importante: llevarte de un punto A a un punto B. Sus precios son muy competitivos y permiten que mucha gente sea capaz de ir a muchos destinos que de otra manera serían muy difíciles de costearse.
Esto es dificilmente un secreto en estos tiempos pero es cierto que no todos son capaces de dedicar el tiempo necesario para conseguir estas ofertas, y más importante aún, el tener la disponibilidad de viajar en las fechas donde los vuelos son baratos.
Cuando comento que en Marruecos me gasté menos de 100€ en un viaje de 4 días a muchos le puede parecer que estoy mintiendo, pero lo hice posible porque tuve la disponibilidad de ir en el momento ideal. Marruecos es un país que es relativamente barato así que si puedes ir cuando los billetes están en su precio más bajo (ahora mismo he buscado billetes desde Madrid a Marrakech y se consiguen hasta por 13€ por trayecto en el mes de mayo) vas a poder disfrutar de un destino muy interesante a precios irrisorios.
No me olvido del alojamiento; para ahorrar aquí hay que ser muy flexibles y estar dispuesto a quedarte en habitaciones compartidas aunque siempre hay opciones de conseguirse algo privado a bajo coste. En mi caso pude quedarme en una habitación privada a 11€ la noche en Agadir y la ubicación no era la mejor para turistear, pero tuvo su lado positivo porque me permitió conocer una zona más auténtica de la ciudad donde solo se consigue gente local.
Para los destinos en Europa siempre está la opción de visitar varios países en el mismo viaje y yo lo aproveché mucho. La mejor opción suelen ser los buses que son muy convenientes y se suelen tener buenas frecuencias en sus trayectos, pero no hay que descartar a los trenes que a veces tienen mejores precios y suelen ser más cómodos. Los más atrevidos suelen hacer autostop; yo lo he hecho un par de veces pero es algo que solo recomiendo si tienes una flexibilidad enorme porque puedes pasarte un buen rato esperando a que alguien te de un aventón.
El dinero que te quieres gastar en cada destino ya depende más de cada persona; son muchos a los que no les gustan los museos mientras que para otros son algo imprescindible. Pasa lo mismo con la comida ya que para algunos es necesario probar algo local mientras que otros son felices con un restaurante de comida rápida. Otros consideran que la vida nocturna vale la pena vivirla pero hay gente que prefiere salir temprano e ir a un parque… En fin, que cada persona es diferente y el gasto aquí depende de cada uno.
Este estilo te hace sacrificar cierto grado de confort para poder llevar a cabo ese viaje que quizás de otra manera no te podrías permitir, y yo soy de los que prefiere viajar así porque puedo ahorrarme ese dinero para otros viajes en el futuro. Creo que esta es una opción que siempre se debe considerar si te gusta mucho el ir a por nuevos destinos y siempre puedes adaptarlo a tu propio estilo ya que seguramente habrá algo que para ti no es negociable (para algunos es inviable compartir habitación por ejemplo).
Lo más importante es que te sientas cómodo con la forma de viajar que adoptes ya que el objetivo final es llegar a tener una experiencia bonita e inolvidable con la que te sientas a gusto cada vez que la recuerdes.